Sabemos que en nuestro mundo todo lo que tiene vida, debe cumplir un ciclo y para esto existe una cadena alimenticia o reglas que de forma natural se realizan. Para que tengamos una idea de lo antes mencionado damos un ejemplo. Si no existieran las hienas, todo lo que sobró la manada de leones de la cebra que cazó terminaría pudriéndose bajo el sol, si los leones no se alimentaran de cebras, éstas tendrían una existencia longeva alimentándose de las plantas y si las cebras no se alimentaran de las plantas, éstas germinarían hasta cumplir su ciclo vital sin que nada les perturbe.
Y en caso de que no existieran las plantas, ahí sí el problema se agrava, estamos mal, porque como bien sabemos la vida vegetal es la base del planeta. Si éstas no tuvieran la capacidad de transmutar los nutrientes del suelo, el CO2 y la luz en energía, materia y oxígeno, nuestro planeta estaría en la lista de todos aquellos en los que no hay vida.
Sabemos también que la mano humana no es ni de lejos tan eficiente como la naturaleza y nunca podrá lograr dicha eficiencia, pues el Treepod no tiene la capacidad de convertir la misma cantidad de CO2 en Oxígeno en el mismo espacio, lo que equivale a decir que la energía generada por sus paneles solares no es suficiente para que el invento tenga sentido. Por lo que quienes lo crearon decidieron añadirle una segunda fuente de alimentación: energía cinética generada por humanos.
¿Cómo es que traducimos esto? Viene a ser una solución completamente Sui Generis. Los Treepod, serán colocados en parques y espacios públicos, y se les equipará con hamacas y balancines, esto con el propósito de que la gente al usarlos ayude a alimentar el mecanismo de conversión de gases.
Asi se ven puestos en las calles
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